domingo, 16 de septiembre de 2018

El gesto exterminador de un anarquista. Aforismos de Vargas Vila


A continuación, les comparto un fragmento del estudio que precede la selección de aforismos que realicé para el presente libro.



EL ÚNICO Y SU LIBERTAD

Hacia 1912, veintiún años antes de su muerte, José María Vargas Vila se cuestionaba sobre el futuro de sus escritos con ese particular tono paradójico que no escondía el deseo de olvidarlo todo, pero que tampoco negaba la voluntad indoblegable de luchar encarnizadamente con su pluma hasta el último aliento:

¿Por qué he escrito mis memorias? nada de ese Pasado me encariña; y, sin embargo, siento el deber de contarlo, porque, ¿qué quedará de mi Vida tan agitada y tan calumniada, si dejo a los otros el trabajo de escribirla? ¿todos esos hombres, todos esos hechos, interesarán a la Posteridad?[1]...

De estas tres preguntas, retomo la última y me atrevo a aventurar una respuesta, precisamente, con la publicación de este libro, ochenta y cinco años después de la muerte del gran pensador colombiano. Este trabajo reafirma que las reflexiones del inolvidable Vargas Vila no han envejecido ni han perdido su potencia, más bien, han sabido esquivar todos esos lugares donde se mancilla el pensamiento y se objeta la palabra viva para reaparecer, imperceptibles, en esquivos instantes y asestar estocadas a la médula de todos los proyectos totalitarios.

Si bien es cierto que puede parecer oportunista el apelar a una fecha específica para recordar a un autor, en este caso, la efemérides no se agota en sí misma, pues aunque sirve como pretexto, da lo mismo que fuera un lustro, una década o una centuria al tratar de revivir una obra tan amplia, polémica, fluctuante, aguerrida y provocadora como lo es la de Vargas Vila. Esa amplitud de matices que se derivan de su trabajo escrito, permite hacer diversos acercamientos y establecer nuevos diálogos, inexorablemente, condicionados por el transcurso de los años. Al parecer, la mayoría de los contemporáneos del autor no lograron dimensionar que estos textos incendiarios sí interesarían a la posteridad y por eso lo despacharon con presteza, pero quienes volvemos sobre esta obra de manera retrospectiva podemos certificar que gran parte de ella sigue interrogando, emocionando o golpeando a la contemporaneidad, y que aún es mucho lo que se puede descubrir en ella.

Ante la posibilidad de realizar múltiples aproximaciones o análisis a partir de la obra de este “Genio Latino”[2], me he decantado por una faceta poco tenida en cuenta en anteriores estudios, aunque a mi parecer, en ella se encuentra la mayor potencia de su trabajo reflexivo: el Vargas Vila pensador, preocupado por la estética, afín a una filosofía a-sistemática y seguro de haber asumido una vida de poeta. Lamentablemente, esta vertiente de su obra ha sido enterrada por quienes lo ubican apenas como novelista, historiador, crítico o panfletario. Y no es que desconozca el alcance que tuvo y la gran popularidad que logró con su abundante narrativa, ni tampoco que desmerezca su valiente postura como escritor que hace del panfleto una herramienta de combate:
    
Hay quien escribe para divertirse, y otros para divertir; yo no pertenezco a unos ni otros…escribo para combatir, y el combate es serio.[3]

Esta reflexión anotada en su Diario (Julio de 1927) muestra la plena conciencia de su opción por la escritura, y además la seriedad y coherencia que alcanzó con ella, no solo en los libelos incendiarios sino en lo más sutil de su pluma, en aquellos exquisitos e inaprensibles aforismos que lo ubican en un honroso sitio de la literatura breve de todos los tiempos. 

Exaltar a Vargas Vila como aforista es mi primer propósito, y con él espero corroborar que en el verdadero aforismo se encuentra un amplio universo próximo a la filosofía, a la poesía y a la meditación. Por tal razón, he optado por concentrar el estudio y hacer una selección de textos de los cinco libros que el mismo Vargas Vila consideraba que lo contenían y lo revelaban en sus más íntimas ideologías, son ellos: La voz de las horas (1910), El ritmo de la vida (1911), Huerto agnóstico (1912), Del rosal pensante (1914) y De los viñedos de la eternidad (1916):

Toda mi Filosofía, toda mi ética, toda mi anti-Ética, están contenidos en ellos, así como mis pensares en Historia, y, el concepto emocional y pasional que de la vida tengo…[4]

Hay  otros tres textos de meditación estética y tono autobiográfico, escritos a manera de aforismos, que podrían caber en esta selección: Horario reflexivo (1920), Saudades tácitas (1922) y Antes del último sueño (1924); sin embargo, no los considero definitivos ni novedosos en la expresión de esa profundidad que sí encuentro en los otros cinco. Al haber sido publicados con posterioridad a De los Viñedos de la eternidad, y por ser retomados de inéditos que se iban quedando en el camino, sus ideas son reiterativas de lo ya expresado en los escritos entre 1910 y 1916, con los que el mismo autor había vislumbrado una especie de cierre temporal.

El otro propósito que persigo con este texto es mostrar cómo a través del Vargas Vila aforista se nos descubre un sujeto rico en matices, analista ferviente de sí mismo y de las convenciones sociales, quien además, establece claras afinidades con la filosofía y el pensamiento anarquista. No desconozco que muchas de esas ideas se encuentran a lo largo de toda su obra y a veces de manera más extensa, pero en este trabajo he querido concentrarme solo en las ideas condesadas que recogen sus libros de aforismos. Claro que algunas de esas otras obras también son tenidas en cuenta como un apoyo contextual.  



[1] Pensamiento anotado en su libro Huerto Agnóstico, editado por primera vez en 1912 (París-México) por la Librería de la Viuda de Ch. Bouret. Este libro fue reeditado en 1920 (Barcelona) por Ramón Sopena, como edición definitiva.
[2] En gran parte de la obra de Vargas Vila se hace referencia a cierto “Genio”, al que reviste de unas características sobresalientes y cuyo modelo parece ser él mismo autor, quien esperaba se le reconociera con el título de Genio Latino.
[3] Vargas Vila, J.M., Diario inédito (Tagebucher) El Vargas Vila esotérico y desconocido – Tomo II, (Miami, 1994), Editor Raúl Salazar Pazos, p. 107.
[4] Vargas Vila, J.M., en el Prefacio de su libro, De los viñedos de la eternidad, (Medellín, 1973), editora BETA, p. 9.

Quienes estén en Bogotá, pueden ir a la presentación el próximo 20 de septiembre de 2018



martes, 4 de septiembre de 2018

El gesto exterminador de un anarquista. Aforismos de Vargas Vila en Medellín


El jueves 13 de septiembre estaré presentando en Medellín, en el marco de la Fiesta del Libro y la Cultura, mi más reciente libro, "El gesto exterminador de un anarquista-Aforismos de Vargas Vila", publicado por la editorial La valija de Fuego.

En en mismo evento estaré compartiendo presentación con el escritor Víctor Raúl Jaramillo, quien presentará su libro, "Erótica como ética". Les comparto la publicidad del evento. Todos cordialmente invitados.