jueves, 5 de diciembre de 2013

Poemas de Gori, Edelstadt, de Cleyre y Fernandez Montalva

Pietro Gori



(1865 – 1911). Abogado, escritor y anarquista italiano. Como abogado, defendió las causas de los anarquistas encarcelados y como conferencista, afirmó fervientemente los postulados anarquistas en contra de los socialismos que trataban de oficializarse. Su militancia le valió varios encarcelamientos y exilios. Compuso populares canciones y escribió, además de poesía, ensayos, obras de teatro y libros de criminología.


Himno del Primero de mayo

Ven ¡oh
mayo!, te esperan las gentes,
te saludan los trabajadores;
dulce pascua de los productores
Ven y brille tu espléndido sol.

En los
prados que el fruto sazona
hoy retumban del himno los sones
ensanchando así los corazones
de los parias e ilotas de ayer.

Despertad, oh falanges de esclavos
de los sucios talleres y minas;
los del campo, los de las marinas,
tregua, tregua al eterno sudor.

Levantemos
las manos callosas,
elevemos altivas las frentes,
y luchemos, luchemos valientes,
contra el fiero y cruel opresor.

De tiranos,
del ocio y del oro
procuremos redimir al mundo,
y al unir nuestro esfuerzo fecundo
lograremos al cabo vencer.

Juventud,
ideales, dolores,
primavera de atractivo arcano,
verde mayo del género humano,
dad al alma energía y valor.

Alentad
al rebelde vencido
cuya vista se fija en la aurora,
y al valiente que lucha y labora
para el bello y feliz porvenir



David Edelstadt


(Rusia, 1866 – Estados Unidos, 1892). Poeta anarquista judío, quien escribió su obra en Yiddish. A los 15 años emigró hacia Nueva York, donde hizo parte del primer grupo anarquista judío, llamado, Los Pioneros de la Libertad. Apoyó el caso de los anarquistas de Chicago recaudando fondos, organizando mítines y publicaciones de denuncia. Colaboró con periódicos de anarquistas judíos en Londres. Murió de tuberculosis a los 26 años. 

August Spies

Tranquilo y orgulloso como el gran Sócrates,
Él estaba en la horca;
Cada una de las palabras eran un acto sagrado,
Un golpe de muerte a los tiranos salvajes!
Pocas veces un espíritu humano se eleva
Más heroicamente, más alto!
Los verdugos se tornaron pálidos, los criminales
empalidecieron;
Él – sin miedo y audaz!
Desde la horca horrible, como en una tribuna,
Como un profeta inspirador,
Con el fuego de la comuna orgullosa A sus asesinos, dijo:
“Llegará un tiempo, cuando de nuestros ataúdes
“Se levantará una voz poderosa,
“Más fuerte que el que quiere ahora a ahorcarse,
“Una y mil veces más fuerte, más impresionante!”
Estas fueron las últimas palabras de Spies ...
Verdugos, ¿qué ganan ustedes con esto?
¿Ustedes aniquilaron al gigante espiritual?
¿Ustedes extinguieron el sol?
Oh, no! Los Mártires vivirán - y el cantante
Se siente ahora su carácter libre:
Toca ahora el arpa con su santo dedo,
Él está cantando para mí la canción sagrada!
Y veo el sol rompiendo a través de la niebla,
La oscuridad se está hundiendo en el suelo, -
El esclavo se despierta! Tiranos tiemblen,
Su última hora acabo!
La libre, brillante mañana ha venido,
Cuando una voz poderosa se levantará –
Más fuerte que el que ahora se ha ahorcado,
Una y mil veces más fuerte, entregando los golpes fuertes! ...

Der 11-ter november

Una vez más las banderas de color rojo sangre están
revoloteando!
Voz sagrada de la libertad está sonando!
Una vez más la gente los recuerda
Los luchadores que vivieron y murieron por ellos!
A la historia del mundo regresaremos
Le daremos la vuelta para encontrar la página de los mártires
Que sigue estando fresca, con la sangre de nuestros hermanos,
Asesinados por el mercado, la iglesia y el estado!
Cinco espíritus manchados con sangre agitaran
En la tribuna popular a los esclavos que sufren;
Y ellos nos darán a nosotros un invencible coraje
Para vivir y morir por la libertad y la justicia!
Ellos nos recordarán a nosotros la voluntad
Que dejaron a los trabajadores:
“Lucha por tu libertad! No bestia malvada
Debería llevarte lejos del poste sagrado!”
“No tengan miedo de los verdugos y la horca!
Lucha y toca la campana de la libertad!
Anuncia a los esclavos de todo el mundo
Que ese mismo día sería el día de la liberación!”
Y en ambas orillas del gran océano
Los esclavos de todas las naciones
Se dan unos a otros la amistad de un hermano

Jura aniquilar las cadenas y los tronos...


Voltairine de Cleyre


(Estados Unidos, 1866 – 1912). Poeta y ensayista anarquista, considerada como precursora del feminismo anarco-individualista. Colaboró en el periódico, Liberty, de Benjamín Tucker. Después de haber conocido el caso de los mártires de Chicago, emprendió una activa militancia anarquista que la llevaría a conocer varias experiencias en Europa y Norteamérica. Mantuvo una constante reflexión en torno de las ideas anarquistas, hasta llegar a abogar por un “anarquismo sin adjetivos”. 

El huracán

“Somos las aves de la tormenta que se avecina” 
(August Spies)

La marea está baja, el viento sopla frente a la costa;
Desnuda se quema la blanca arena en el ardiente sol;
El mar se lamenta, pero es genial su baja voz.

Amargos tus problemas, oh pueblo,
Y la carga
¡Difícil de ser cargada!
Con cansancio crece, oh pueblo,
Todo el dolor
¡De tu perforado corazón, herido y roto!
Pero aun no es tu tiempo,
Y bajo tu gemido,
¡Desierto tus arenas!
Aun tu aliento no es cálido;
Flota sobre manos levantadas.

La marea ha vuelto;  la veleta se desvía lentamente todo el año;
Lentas nubes se están barriendo sobre la cegadora luz;
Blancas crestas se rizan sobre el mar – su voz crece profunda.

Furioso tu corazón, ¡Oh gente!
Y está sangrando
¡Fuego-inclinado con creciente odio!
Porción de tus entrelazadas manos, oh pueblo,
Para el rezo
¡No se calentó la desconsolada!
Dios no escuchó tu lamento:
Ahora se está hinchando
A un gran ahogado llanto;
Una oscura nube de viento, un gemido,
Ahora virando hacia atrás
¡Desde ese sordo cielo!

La marea fluye,  el viento ruge desde lo profundo;
Las pilas de arremolinada arena blanca con las olas de blanca espuma;
Tronando el mar pasa por encima de su pared de concha crujiente.

Fuerte es tu rabia, ¡Oh pueblo!
En su furia
¡Lanzando abajo tus tiranos!
Tu poderosa ola, oh pueblo.
Rápidamente,
Ahora ese tu odio está creciendo:
Al fin tu tiempo ha llegado;
Tu acumulada angustia,
¡Donde te desnudas!
No estarás más sin voz.
Dios sujetado y de rodillas.
Tú respondes tu propia plegaria.


Ut Sementem Feceris, Ita Metes
(Al zar, sobre una prisionera política que fue azotada hasta la muerte en Siberia)

Cuántas gotas deben reunir los cielos
Antes que el aguacero venga, puede que no sepamos;
 Qué tan calientes los incendios enfermos  bajo los infiernos deben brillar
Antes de que aumente la lava del volcán,
¡Nadie puede decirlo, pero todos saben la hora, es seguro!
Quién sueña la venganza sólo debe resistir
Él no puede decir cuántos golpes deben caer,
Cuántas vidas sobre la rueda se van a romper,
Cuántos cadáveres se endurecen bajo el manto mortuorio,
Cuántos mártires  fijan el sello color rojo sangre;
¡Pero cierto es, ha llegado el tiempo de la cosecha de odio!
Y cuándo débiles lamentos por un mundo indignado
Resuenen, ante un trono que retrocede cayendo,
¡Quién escuchará del destino enmudecimientos!


La luz sobre Waldheim

¡Luz sobre Waldheim! La tierra es gris;
Un viento amargo conduce desde el norte;
La piedra es fría, y dice con helados susurros;
“¿Qué hacéis aquí con la muerte?  ¡Salid! ¡Salid!”

Es esta tu palabra, oh madre, con severos ojos,
¿Coronando a tu muerto con la piedra de delicada caricia?
No podemos llorar sobre él estas martirizadas mentiras,
Asesinado en nuestro nombre, ¿Para qué nos amó tanto?

¿Podremos no detenernos  hasta que el día esté pleno?
No, nadie se excita en este punzante amanecer –
Nadie salvo los pobres miserables que no se quejan ante
Dios:
¿Para qué es esto, oh tu daga desenvainada?

¡Salid, salid! No te quedes a llorar por estos,
Hasta que, debilitados con tu llanto, como la nieve
¡Vosotros os derritáis, disolviéndoos en una cobarde paz!
¡Luz sobre Waldheim! ¡Hermano, dejemos este lugar!


Escrito - en – Rojo
A nuestro muerto viviente en la lucha de México

Escrita en rojo su protesta está,
Para que los dioses del mundo vean;
En la pared de la condena sus incorpóreas manos
Han escudado “Upharsin” y marcas de quemados
Ilumina el mensaje “¡Aprovecha las tierras!
¡Abre las prisiones y deja a los hombres  en libertad!”
Estallan en llamas las vívidas palabras de la muerte
Escritas – en – rojo.

¡Dioses del mundo! ¡Sus bocas son silentes!
Sus armas han hablado y son polvo.
Pero la envuelta vida, cuyos corazones se adormecen,
Sintieron el compás de un tambor despierto
Dentro de ellos- sonando- la lengua de los muertos
Llamado: “¡Destruye la antigua herrumbre!”
Has visto “Resurrexit”,  las palabras de los muertos,
Escritas – en – rojo.

¡Mantente en lo alto, oh rugiente llama!
Hacia el cielo en lo alto, donde todos puedan ver
¡Esclavos del mundo! Nuestra causa es la misma;
Una es la vergüenza inmemorial;
Otra la lucha, y en una palabra –
Humanidad – Peleamos para a los hombres liberar.
“¡Quita la maldición de la tierra para nosotros!” quema las palabras de los muertos
Escritas – en – rojo


Vida o muerte

Un alma, a la mitad de la Puerta, dijo a la Vida:
“¿Qué me ofreces?” Y la vida contestó:
"Dolor, la lucha incesante, decepción, después de estos
Oscuridad y silencio”. El alma dijo a la Muerte:
“¿Qué me ofreces? Y la muerte contestó:
“En el comienzo, lo que la Vida te da al final.”
Volviéndose hacia la Vida: “¿Y si yo vivo y lucho?”
“Otros habrán de vivir y luchar después de ti
Contando que es más fácil donde tú has de ir.
“¿Y por sus luchas?” “Un lugar más sencillo será
Para otros, aun a la altura del dolor más agudo
De agonía conquistada” “¿Y que tengo yo
Que ver con todos estos otros? ¿Quiénes son?
“¡Tú mismo!” “Y todos los que fuiste antes”, “¡Tú mismo!”
“La oscuridad y el silencio, también, ¿Tienen fin?”
“Terminan en luz y sonido; paz termina en dolor,
La Muerte termina en mí y debes deslizarte del Yo
Para  el Yo como luz a sombra y sombra a luz otra vez
¡Escoge!” El alma suspirando contestó: “Voy a vivir”


Ricardo Fernández Montalva


(Chile, 1866 – 1899). Poeta y dramaturgo modernista afín al pensamiento anarquista. Publicó un libro de poemas llamado, Nocturnos en 1897. Fundó la Revista Cómica (1895-1905), innovadora en la concepción gráfica debido a la influencia del art nouveau.

Revolución

Sobre la tierra estéril desolada,
negra tierra en silencio endurecida,
tierra sobre la cual nadie ni nada
cantó jamás el himno de la vida.

Arroja el labrador, con mano ruda,
la semilla que el sol fecunda a besos,
y se viste la tierra, antes desnuda,
con árboles en flor, que estaban presos!

Pueblos que ignoran sus derechos, duermen
como la tierra estéril. Vil coyunda
los tiene esclavos, mientras llega el germen
de libertad que salva y que fecunda.

Entonces, en océanos sin orillas,
se agitan tempestades populares;
y caen destrozadas las Bastillas

y para la Razón se alzan altares!

viernes, 22 de noviembre de 2013

Entrevista sobre Cartografías Cinematográficas

Les comparto la entrevista hecha por Vargarquista para la revista virtual i.letrada (http://i.letrada.co/blogs/lapantalla/2013/11/13/presentacion-del-libro-cartografias-cinematograficas/) sobre mi más reciente publicación, Cartografías cinematográficas.



1.      Qué es una cartografía cinematográfica?

Hay que partir de reconocer que el concepto de “cartografías” lo he retomado de la lectura sistemática que vengo realizando de  la obra filosófica de Gilles Deleuze, para quien el estudio del cine tiene que ver más con cuestiones geográficas que con análisis históricos (en el sentido de inventariar cronológicamente los momentos relevantes del desarrollo de la cinematografía). Ahora bien, pensar lo geográfico, no necesariamente supone establecer vínculos con espacios físicos (aunque éstos no se excluyen) sino que se pretende ir más allá, hacia espacios mentales, intensivos y afectivos. El intentar cartografiar el cine, desde mi propuesta, permite adentrarme en cinematografías específicas (de territorios y de autores) y también en filmes que han suscitado diversas problemáticas reflexivas en momentos específicos de mi existencia.

2.      Por qué un libro de Cine ahora, que lo hace especial frente al resto de la literatura cinematográfica?

Creo que los libros sobre cine siempre son bienvenidos, especialmente en un medio como el colombiano, en el que se le dedica tan poco a la reflexión y construcción de alternativas estéticas a partir de las posibilidades creativas que nos brinda el audiovisual. Mi libro quiere aportar a la reflexión con el cine como objeto de estudio, desde una óptica que es la del filósofo y a la vez la del cinéfilo. Hay un enfoque muy personal pero alimentado con las bases teóricas de autores como Mitry, Pasolini, Zizek, Vertov, y por supuesto, Deleuze.

3.      No es el lenguaje especializado de la literatura del cine  una forma de distinguirse frente al público ignorante de este arte? Hasta qué punto puede ser snob, y hasta qué punto es una estrategia  para provocar un mayor acercamiento a la mirada del cine?

Desde la filosofía, creo que la base conceptual es importante para todo tipo de reflexión. Claro, me refiero a aquellos conceptos que generen realidad, que produzcan renovación y que no se pierdan en fantasmagorías; unos conceptos que ayuden a esclarecer el mismo movimiento del lenguaje que lo produce y que logra situarlo como marcador de poder. Desde esta intencionalidad, lejos estoy de la pretensión de generar distancias con el público, precisamente, lo que busco es acercamientos; pero sí insisto en la importancia del rigor para ayudar a que los análisis tengan más profundidad, de tal forma que interroguen a los mismos realizadores y exhibidores acerca del tipo de creación que quieren realizar y dar a conocer.


4.      En tu libro hablas de poéticas de autores, a que te refieres y danos un breve ejemplo

Creo que un artista en cualquiera de las variantes que se mueva, siempre se preocupa por construir una poética, algo que lo identifica, que lo hace particular, que le permite comunicar de una manera propia y que en últimas, es la forma de enfrentarse a la vida, es decir, una poética que es su forma de vida. En la mayoría de los casos, el creador no es muy consciente de ello y asume el acto creador como algo pasajero o circunstancial (incluso, con muy buenos resultados) pero hay quienes se juegan por entero para darle vida a una práctica artística aún a costa de su vida o de su integridad. Los ejemplos están en el libro con autores que, desde mi óptica, le aportaron al cine nuevas poéticas enmarcadas íntegramente con sus realidades. Escogí a Fellini, Rossellini, Angelopoulos y Loach, aunque para otros proyectos hay que considerar más nombres.

5.      El último capítulo lo dedicas a algo que denominas praxis rizomática, a que te refieres y también danos un breve ejemplo.

De nuevo, es un guiño a Deleuze y Guattari, quienes nos hablaron en “Mil mesetas” de la forma rizomática como una alternativa organizativa no jerárquica, ni basada en autoritarismos lingüísticos ni estéticos. La forma “rizoma” tiene que ver con múltiples brotes desestabilizadores que surgen en diversos espacio-tiempos para renovar las dinámicas sociales y estéticas. Como un ritornelo que siempre vuelve de manera diferente aportándole vida a los procesos, proponiendo alternativas. Siguiendo esta reflexión, ubiqué algunos filmes que me acompañaron en ciertos momentos, ayudándome a tener nuevas visiones del cine, del alcance que puede tener una obra cinematográfica.

6.      Tras escribir el libro qué límites encontraste, y está dentro de tus planes ir más allá de ellos, si es así, cómo? 

Los límites ayudan a reconocer nuestra condición infinita. Aunque suene paradójico (y porque no nos asustan las paradojas) el limite nos propone nuevos puntos de quiebre que no nos permiten la quietud. Aunque amante del silencio, le temo mucho a la quietud y por eso no dejo de moverme en un tema que me apasiona tanto como la filosofía: el cine. Quizás, porque como ya nos han anunciado algunos pensadores, es posible hacer filosofía ya no con ideas sino con imágenes-movimiento e imágenes-tiempo. Eso quiere decir que sigo viendo cine, leyendo a los teóricos y ayudando a difundir esas imágenes que me cautivan y emocionan.


7.      Por último, si pudieras proponer una película que llenara tus expectativas, cómo sería?

Debo decir que muchas ya han llenado mis expectativas. Hasta el momento, yo no me he planteado el ser realizador y por eso no he imaginado una película en particular. He ideado secuencias o determinados planos pero más bien fragmentados y sin apuntarle a una obra más grande. Me gusta que el autor sepa lo que hace, que tenga oficio, que interrogue al mismo dispositivo cinematográfico, que ponga en duda su propia herramienta creativa, que sea contundente pero que no muestre todo, pues muchas veces, el “espacio fuera de campo” es más elocuente; y que tampoco pretenda ser original pero que si sepa citar, tal como lo hace Godard.




viernes, 25 de octubre de 2013

Presentación del libro Cartografías Cinematográficas


El próximo jueves 14 de noviembre a las 6:30 p.m. tendrá lugar, en el Auditorio Fundadores de la Universidad Central (Calle 22 No. 5-91), la presentación del libro "Cartografías cinematográficas" de Omar Ardila. La presentación la hará el filósofo, crítico de cine y docente Juan Guillermo Ramírez. La entrada es libre.

El siguiente es el comentario escrito por Mario Naito López (Especialista de la Cinemateca de Cuba y Presidente de la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica) sobre el libro:

"Cartografías cinematográficas, del joven autor colombiano Omar Ardila, nos propone un acercamiento a algunas cinematografías, temas, autores y filmes acerca de los cuales siente la necesidad de expresarse. Ardila nos ofrece inicialmente un breve panorama del quehacer fílmico en los países al sur del Río Grande y luego nos brinda algunas pinceladas sobre obras y autores que han reflejado el cine como creación artística y no con el simple y único propósito de entretenimiento.  Sin tratarse de un estudio analítico pormenorizado de los asuntos abordados, el texto en cambio nos introduce de modo ameno y sucinto, pero sin superficialidad, en un análisis y síntesis realizados por alguien que demuestra una capacidad de observación notable. Pocas veces he podido apreciar una obra que consigue comunicar en breves palabras las características esenciales de algunos de los procesos y estilos cinematográficos más creativos que han aparecido en el séptimo arte. La bibliografía consultada y las referencias empleadas, nos demuestran el rico caudal de conocimientos del autor respecto a títulos fundamentales contemporáneos del pensamiento cinematográfico".


Carátula de Cartografías Cinematográficas


sábado, 5 de octubre de 2013

Poemas de Rimbaud, Wilde, Mackay y Quillard

Arthur Rimbaud
(1854-1891). Al infante terrible de la literatura francesa, es difícil no admirarlo por la confrontación abierta que realizó frente al orden burgués parisino. Su corta obra poética, ha logrado mantenerse como referencia obligada de las variaciones líricas a finales del siglo XIX. Algunos afirman que participó en la Comuna de París, lo que agudizaría su espíritu irreverente y sus provocadoras críticas.
La orgía parisina

¡Cobardes, aquí está! ¡La estación os vomita!
El sol ha enjugado con su ardiente pulmón
los paseos que un día ocuparon los Bárbaros.
Ésta es la Ciudad santa, sentada al occidente.

¡Vamos! se han prevenido los reflujos de incendios.
Ved los muelles aquí, allá los bulevares,
las casas sobre el cielo azul, brillante, ingrávido,
antaño constelado por un rubor de bombas.

¡Esconded los palacios muertos en cajoneras!
El viejo día loco refresca los recuerdos.
Ved el rebaño rojo de impúdicas nalgueras:
locos, podréis ser raros, pues vais despavoridos.

Perras que vais en celo comiendo cataplasmas,
las casas de oro os llaman a gritos. ¡Id, volad!
¡Comed! La noche alegre con sus hondos espasmos
ha bajado a la calle. ¡Bebedores aciagos

bebed! Cuando amanece, con luz intensa y loca
que a vuestro lado husmea los lujos desbordados,
¿no os volvéis, frente al vaso, impávidos babosos,
con los ojos perdidos en blancas lejanías?

¡Tragad, para la Reina de nalgas en cascada!.
Escuchad cómo suenan los eructos estúpidos,
¡desgarrados! ¡Oíd, cómo en noches ardientes
saltan con estertores, viejos, peleles, siervos!

¡Corazones mugrientos, bocas horripilantes,
más fuerte, ¡masticad! hediondos gaznates!
Que les traigan más vino a estos lerdos innobles:
la andorga se os derrite de infamia, ¡Vencedores!

¡Desplegad vuestro olfato a las náuseas grandiosas!
¡Emponzoñad las cuerdas que esperan vuestros cuellos!
Posando, en vuestras nucas, sus manos enlazadas
el Poeta os impele, «¡cobardes!, a ser locos».

Como andáis escarbando el vientre de la Hembra
teméis que tenga aún un estremecimiento,
y grite, sofocando vuestra infame camada
contra su duro pecho, con horrible apretón.

Peleles, sifilíticos, locos, reyes, ventrílocuos,
¿qué le puede importar al putón de París
vuestras almas y cuerpos, harapos y ponzoñas?
¡Os zarandeará, hurañas podredumbres!

Y cuando hayáis caído, gimiendo contra el pecho,
derrumbados, pidiendo, locos, vuestro dinero,
la roja cortesana, la de las tetas bélicas
lejos de vuestros miedos, apretará los puños.

Después de haber bailado con furia en las tormentas,
París, tras recibir tan numerosos tajos,
cuando yaces, ahora, guardando en tus pupilas
luminosas, la dicha de un renacer salvaje.

¡Oh ciudad dolorida, oh ciudad casi muerta,
con tu rostro y tus pechos de cara al Porvenir,
ofrecida a la noche de mil puertas vacías,
y que un Pasado horrible podría bendecir:

cuerpo magnetizado para males enormes,
que te bebes la vida, espantosa, de nuevo,
al manar de tus venas un flujo de gusanos
blancos, mientras helados dedos rondan tu amor.

¡Y no está mal! Las larvas, las larvas macilentas
no podrán estorbar tu soplo de Progreso,
igual que las Estringes no apagaron el ojo
azul de las Cariátides que inunda un oro astral.

Aunque sea espantoso verte cubierta así;
aunque nunca ciudad fuera cambiada en úlcera
tan hedionda, en medio de la verde Natura,
el Poeta te dice: “Tu Belleza es espléndida”.

La tormenta te ha hecho poesía suprema;
el inmenso bullicio de las fuerzas te alienta;
tu obra hierve, la muerte ruge, ¡Ciudad ungida!
Amontona estridencias en lo hondo del clarín

El Poeta hará suyo el llanto del Infame,
el odio del Forzado, el clamor del Maldito;
y sus rayos de amor flagelarán las Hembras.
Su estrofa brincará: ¡Mirad, mirad, bandidos!
Sociedad, todo ha vuelto a su sitio: la orgía
llora su estertor viejo en el viejo prostíbulo;
y el gas, en su delirio, por las murallas rojas,
arde siniestramente hacia el pálido azul.


El mal


Mientras que los gargajos rojos de la metralla
silban surcando el cielo azul, día tras día,
y que, escarlata o verdes, cerca del rey que ríe
se hunden batallones que el fuego incendia en masa;

mientras que una locura desenfrenada aplasta
y convierte en mantillo humeante a mil hombres;
¡pobres muertos! sumidos en estío, en la yerba,
en tu gozo, Natura, que santa los creaste,

existe un Dios que ríe en los adamascados
del altar, al incienso, a los cálices de oro,
que acunado en Hosannas dulcemente se duerme.

Pero se sobresalta, cuando madres uncidas
a la angustia y que lloran bajo sus cofias negras
le ofrecen un ochavo envuelto en su pañuelo.



Oscar Wilde
(Dublín, 1854 – Paris, 1900). Uno de los más polémicos literatos irlandeses de todos los tiempos. Desafío las costumbres victorianas, razón por la cual fue enjuiciado, encarcelado y puesto en la picota pública debido a su condición homosexual.  En su texto, El alma del hombre bajo el socialismo, Wilde profetiza, junto con los primeros anarquistas, que un socialismo autoritario, un gobierno que concentre el poder económico y político, conducirá a un estado excluyente donde los beneficiados terminarán siendo solo unos pocos.


El cuarto movimiento
Le Réveillon

      El cielo está manchado con espasmos de rojo,
      huyen las brumas envolventes y las sombras;
      el alba se levanta desde el mar
como una blanca dama de su lecho.

      Y caen flechas melladas, insolentes
      a través de las plumas de la noche,
      y una ola larga de luz gualda
rompe en silencio sobre torre y casa,

      y extendiéndose amplia sobre el campo inculto
      un batir de alas que despiertan al vuelo,
      castaños que se agitan en la copa
y ramas con estrías de oro.

Balada de la cárcel de Reading
Fragmentos
I
Y sin embargo, cada hombre mata lo que ama.
    Que todos oigan esto:
unos lo hacen con mirada torva
    otros con la palabra halagadora;
el cobarde lo hace con un beso,
    con la espada el valiente.

Matan algunos el amor de joven
    y otros cuando viejos;
estrangulan algunos con manos de lujuria,
    otros con manos de oro:
el más amable usa el puñal
    para que el frío llegue antes.
Aman algunos poco tiempo, largamente otros.
    Hay quienes compran y también quienes venden.
El acto es cometido a veces en el llanto
    y otras sin un suspiro.
Pues todos matan lo que aman;
    pero no todos mueren.

No muere una muerte de vergüenza
    un día de desgracia oscura;
ni nudo al cuello en la garganta lleva
    ni paño sobre el rostro;
ni caen los pies primero por el piso
    al espacio vacío.

V
No sé si son Leyes justas
    o Leyes equivocadas;
sabemos quienes estamos en la cárcel
    que el muro es muy poderoso,
y que cada jornada es como un año
    de interminables días.

Pero hay algo que sé; sé que toda Ley
    que los hombres han concebido para el Hombre,
desde que el primero quitara la vida al hermano
    y así el triste mundo comenzara,
desecha el trigo y la paja retiene
    con los aventadores más perversos.

Y esto también sé -y sabio sería
    que todos lo supiéramos-
que cada prisión que los hombres erigen
    está construida con ladrillos de vergüenza
y cercada con rejas no sea que Cristo pueda ver
    cómo los hombre mutilan a sus hermanos.

Con barrotes ocultan la luna clemente
    y ciegan el sol bienhechor:
y bien hacen escondiendo tal Infierno
    pues allí se cometen tales actos
que ni Hijo de Dios ni hijo de hombre
    jamás debería contemplar.

VI

En la Cárcel de Reading, junto a la ciudad de Reading
    se encuentra un pozo de vergüenza
en el que yace un desgraciado
    por dientes de fuego devorado.
Yace en mortaja llameante
    y está su tumba sin nombre.

Y allí, hasta que Cristo llame a los muertos,
    que en silencio descanse.
No es necesario gastar lágrimas necias
    o entregarse a suspiros profundos:
el hombre había matado lo que amaba
    y tenía que morir.

Y todos matan lo que aman,
    que todos oigan esto;
algunos lo hacen con mirada torva
    otros con la palabra halagadora,
el cobarde lo hace con un beso,
    ¡con la espada el valiente!



Jhon Henry Mackay
Nació el 6 de febrero de 1864 en Greenock, cerca de Glasgow, Escocia. Siendo el alemán su lengua materna, empezaría a ser conocido con algunas composiciones líricas y novelas de corte naturalista, aunque sin duda, su fama la debe a la publicación de Die Anarchisten (Los anarquistas) en 1891. Ayudó a dar a conocer los trabajos de Max Stirner fuera de Alemania, escribiendo la primera biografía acerca del filósofo. Impulsó además la comprensión del trabajo de Friedrich Nietzsche entre los anglosajones. Entabló amistad con el anarcoindividualista estadounidense Benjamin Tucker, llegando a publicar varios artículos en la revista de éste, llamada Liberty. Se suicidó el 16 de mayo de 1933, diez días después de la quema de libros efectuada por jóvenes nazis en el Institut für Sexualwissenschaft (Instituto para la Investigación Sexual), donde se quemaron los archivos del instituto.

Mañana 
Y mañana el sol volverá a brillar;
y por el camino que yo recorreré,
nosotros nos reuniremos otra vez, los bienaventurados,
en el seno de esta tierra que respira la luz del sol.
Y a la inmensa playa, bañada por olas azules,
bajaremos despacio y silenciosamente,
calladamente nos miraremos a los ojos,
y sobre nosotros descenderá el mudo silencio de la felicidad.

Anarquía

Siempre despreciado, maldecido, nunca comprendido
Eres el terror espantoso de nuestra era.
"Naufragio de todo orden", grita la multitud,
"Eres tú y la guerra y el infinito coraje del asesinato."

Oh, deja que lloren. Para esos que nunca han buscado
La Verdad que yace detrás de la palabra,
A ellos la definición correcta de la palabra no les fue dada.
Continuarán ciegos entre los ciegos.

Pero tú, Oh palabra, tan clara, tan fuerte, tan pura,
Vos dices todo lo que yo, por meta he tomado.
Te entrego al futuro! Tú eres segura.
Cuando uno, por lo menos despertará por sí mismo.


¿Viene en la solana del atardecer? ¿En la emoción de la tempestad?
!No puedo decirlo - pero ella la tierra podrá ver!
!Soy un anarquista! Por lo que no
reinaré, y tampoco reinado seré!

Pierre Quillard
(Paris, 1864 - Neuilly-sur-Seine,1912). Poeta simbolista - anarquista, periodista, traductor, dramaturgo. Fue uno de los primeros defensores de los armenios ante la invasión otomana. En 1900, fundó la publicación quincenal, Armenia Pro. Hizo parte de la Liga Francesa para la Defensa de los Derechos Humanos y del Ciudadano, desde donde se ocupó del sonado “Caso Dreyfus”. Dentro de sus poemarios se destaca, Palabra de Gloria (1890).

La Peregrinación fuera de la sombra

Alma rica de noche, estrellas y sueños
Quién sacó tesoros en las urnas de una tumba
¿Nunca abandonarás tus pálidas playas
Para esa ciudad florida bajo la primavera nueva?

Alma rica de noche, mi alma, ocultas
Bastantes astros perdidos y soles apagados:
Ven a conocer la carne y los labios de las
Que ofrecen su pecho desnudo al púrpura de las mañanas

Y hacen, sonriendo al amanecer serenas
Fluir entre sus dedos de arena y su cabello,
Para que, viva por fin, mi boca amarga aprende
A apreciar la miel rubia de las horas. Lo quieres,

Alma ya cansada de las embriagueces futuras,
Tú quien no ha querido sino los llantos y la muerte;
El viento infla de amor las velas siempre puras:
Lejos de la isla donde la blanca Hymnis descansa y duerme,

Para mí sólo, en el cenotafio vano de las rosas,
Iremos a conquistar su cuerpo resucitado;
Sin duda vive de nuevo por las metempsicosis
En el piso olvidadizo que se parece a su belleza

Y entre los perfumes salvajes de las galeras,
Los perros, los mozos de cuerda que gimen caminando,
Ella a, pesada todavía de las glorias tumularias,
Sin que nadie haya entendido la dulzura de su canto
Para una ausente

Quiero encerrarme sólo con mi recuerdo,
Inmóvil, olvidadizo de las ráfagas de otoño
Que hacen las frondosidades oxidarse y amarillear
Y del mar rodando su queja monótona;
Quiero encerrarme sólo con mi recuerdo.

La media luz filtrándose por las telas estiradas
Será dulce y propicia a mi corazón indolente,
Cuando lo evocaré desde el fondo de las extensiones,
Y su voz llenará de un himno grave y lento
La media luz filtrándose por las telas estiradas

Tendré la visión querida delante de los ojos:
El soplo perfumado de la inefable Ausente
Flotará para mí solo en el aire silencioso
Sutil como el olor de fresa en el sendero;
Tendré la visión querida delante de los ojos.

Y diré muy bajo mi ternura latente;
Oh corazón cobarde, tembloroso y revoltoso, quiero
Que tu íntimo amor se revele y la tiente:
Te resignarás al pavor de las confesiones
Y diré muy bajo mi ternura latente.


El otoño desnudó...

El otoño desnudó las glebas y la noche.
Una noche de exilio y de manos separadas,
Se acerca en el horizonte de los llanos infinitos,
Como rey desvestido de púrpura y expoliado de esperanza.
Oh caminante descalzo y cansado que vienes a sentarte
Sin compañero, entre las landas ya sin flores,
Cerca de las aguas tristes, ¿cuales son las mismas agonías
Que vuelven más pesada tu frente hacia este triste espejo?

Lo sé, todo se muere en tu alma de otoño.
Deja la noche tomar las flores que siega
Y el amor desfalleciente de un corazón ensangrentado,

Para que después del sueño y las sombras fieles
Las trompetas triunfales del alba y del verano
Hagan surgir por fin las rosas inmortales.


Ruinas

La ilustre ciudad se muere en la sombra de sus muros;
El pasto victorioso ha reconquistado el llano;
Las carpas rotas sangran de uva madura.

El bárbaro enroscado en su capa de lana
Que lleva a pastar del alba al anochecer sus chivitos injuriosos,
Pisa sin estremecerse el orgullo del suelo Heleno.

Ni el sol oblicuo en las laderas de los cerros nevados,
Ni la aurora dorando las cimas nubladas
Despiertan en él la memoria de los dioses.

Duermen para siempre en sus urnas cerradas,
Y cuando el vil búfalo insulta insolentemente
La puerta triunfal donde pasaron los ejércitos,

La espada de ningún héroe espectral defiende
El porche devastado por el invierno y el otoño
En la trágica defunción de su derrumbo.

La oscura hiedra clausuró la boca de Gorgona.