“No
es que esté ciego,
me
están apagando la luz de mis sueños”.
Hugo
Jamioy
La avidez con que se sigue
agrediendo a la madre Tierra parece no tener límites, como tampoco lo tienen la
avaricia y el deseo irrefrenable de acumular y acumular bienes de la manera más
fácil y más irresponsable, sin importar por encima de qué intereses hay que
pasar por alto. No es suficiente con escuchar el grito desgarrado que por todas
partes clama por un instante de sosiego, ni las señales apocalípticas día tras
día más robustecidas. Aún, los “malos hijos” siguen proclamando su victoria
ante la madre que yace abandonada.
Una de esas agresiones a
las raíces del planeta es el megaproyecto hidroeléctrico de El Quimbo, el cual
ha empezado a desarrollarse por la multinacional española EMGESA con la
anuencia del estado colombiano, desde hace más de tres años. No han valido los justificados
reclamos provenientes desde diversos sectores sociales afectados, ni los
sustentados estudios técnico-científicos que advierten frente al enorme daño
ambiental que dicho proyecto provoca, pues aún, pasando por alto requerimientos
legales básicos, las acciones han continuado, generando hasta el momento, notables
daños en los entornos naturales y culturales.
Pero aunque la situación es
difícil para las 500 familias que se han visto afectadas, las cuales temen por
un desplazamiento masivo, muchas de ellas han mantenido un proceso de
resistencia que ha logrado detener en parte el avance del megaproyecto, sin que
todavía haya seguridad de su cierre definitivo puesto que las intenciones de la
multinacional y de sus beneficiarios nacionales son las de continuar hasta ver
consumado su objetivo, desconociendo el clamor de múltiples voces en su contra.
Desde este espacio, con el
cual buscamos “crear, pensar y resistir”, sumamos nuestra voz a la de quienes
resisten en el centro del Huila, con el auspicioso rumor del río Yuma*, y
hacemos nuestro el canto del poeta yanakuna Fredy Chikangana, quien nos aporta
su lucidez con su palabra de fuego.
Del reciente volumen (Herederos del canto circular) publicado
en la colección “Un libro por centavos” de la Universidad Externado de Colombia,
extrajimos estos dos bellos poemas de Fredy Chikangana.
PUÑADO
DE TIERRA
Me entregaron
un puñado de tierra para que ahí viviera
toma
lombriz de tierra me dijeron:
ahí
cultivarás, ahí criarás a tus hijos,
ahí
masticarás tu bendito maíz
entonces
tomé ese puñado de tierra
lo
cerqué de piedras para que el agua no me
lo
desvaneciera
lo
guarde en el cuenco de mi mano, lo calenté
lo
acaricié y empecé a labrarlo…
Todos
los días le cantaba a ese puñado de tierra
entonces
vino la hormiga, el grillo, el pájaro de la noche
la
serpiente de los pajonales y
ellos
quisieron servirse de ese puñado de tierra
quité
el cerco y a cada uno les di su parte
me
quedé nuevamente solo
con
el cuenco de mi mano vacío
cerré
entonces la mano, la hice puño y decidí pelear
por
aquello que otros nos arrebataron.
DE
LOS RÍOS
Navegando
sobre un río silencioso
dijo
un hermano:
“Si
los ríos pudieran hablar
cuánta
historia contarían…”
Y
alguien habló desde lo profundo de esa selva misteriosa
“la
historia es tan miserable
que
los ríos prefieren callar…”
Para conocer más sobre los
acontecimientos que han venido teniendo lugar en el territorio de 8500
hectáreas que componen El Quimbo, pueden visitar las siguientes páginas web:
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*Yuma es el nombre ancestral del principal río colombiano, al que
los conquistadores llamaron Río Grande de la Magdalena.
Imágenes y vídeo, tomadas de la circulación libre en la red
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