José Nakens
(Sevilla, 1841 –
Madrid, 1926). Periodista, dramaturgo y activista republicano. Editó el
semanario crítico y satírico, El Motín, en el que atacaba a los conservadores y al
clero. Esta labor le valió números procesos por delitos de imprenta. Estuvo dos
años en la cárcel, acusado de haber protegido a Mateo Morral, quien había hecho
el atentado contra Alfonso XIII y Victoria Eugenia en 1906.
A
un obispo
¿Quieres que digno de Jesús te crea?
Pues renuncia al palacio donde vives;
vende las joyas que orgulloso exhibes;
despide tus lacayos con librea.
Ve a pie; da pan; consuela. Que yo vea,
no que de ser frenético te inhibes,
sino que gratis das lo que recibes,
y que el ansia de amor te aguijonea,
y que atacas al déspota y al fuerte
sin temor al martirio ni a la muerte,
y entonces te diré: “Por ser humano,
eres digno de Aquel que al pueblo amaba
y el cielo al poderoso escatimaba.
Beso tu anillo… ¡No!... Beso tu mano.”
¿Quieres que digno de Jesús te crea?
Pues renuncia al palacio donde vives;
vende las joyas que orgulloso exhibes;
despide tus lacayos con librea.
Ve a pie; da pan; consuela. Que yo vea,
no que de ser frenético te inhibes,
sino que gratis das lo que recibes,
y que el ansia de amor te aguijonea,
y que atacas al déspota y al fuerte
sin temor al martirio ni a la muerte,
y entonces te diré: “Por ser humano,
eres digno de Aquel que al pueblo amaba
y el cielo al poderoso escatimaba.
Beso tu anillo… ¡No!... Beso tu mano.”
Los
conservadores
Gomosos por beatas mantenidos;
jesuitas por necios admirados;
necios por jesuitas engendrados
y en entrañas de viejas concebidos.
Caballeros de alcoba bien corridos;
esposos complacientes bien lidiados;
protectores de todos los malvados;
desertores de todos los partidos.
Esos que van del templo a la ruleta,
azuzando al esbirro infanticida
contra todo lo noble, grande y bueno,
trajeron la ganzúa en la chaqueta,
vagan sin honra con la frente erguida,
y son conservadores… de lo ajeno.
Gomosos por beatas mantenidos;
jesuitas por necios admirados;
necios por jesuitas engendrados
y en entrañas de viejas concebidos.
Caballeros de alcoba bien corridos;
esposos complacientes bien lidiados;
protectores de todos los malvados;
desertores de todos los partidos.
Esos que van del templo a la ruleta,
azuzando al esbirro infanticida
contra todo lo noble, grande y bueno,
trajeron la ganzúa en la chaqueta,
vagan sin honra con la frente erguida,
y son conservadores… de lo ajeno.
Fermín Salvochea
(Cádiz, 1842 – 1907). Fue uno de los primeros
difusores del anarquismo en su región natal durante el siglo XIX. Como Federalista, en 1871 se afilió a la I
Internacional Obrera. Participó en la revolución
de 1868 y encabezó la revuelta federal en 1869. Tras impulsar el cantón
gaditano en el verano de 1873, pasó un largo periodo en prisión, de la que
saldría pregonando el anarquismo, hasta llegar a convertirse en uno de los
mitos históricos de esta corriente política.
Al primero de mayo
Como el paro general
Como el paro general
se declare
para mayo,
de fijo le
da un desmayo
en el acto,
al capital.
Proponen los socialistas,
Proponen los socialistas,
y a la
verdad con razón,
que del obrero
la unión
se enseñe al
capitalista;
quien, algo falto de vista,
quien, algo falto de vista,
no ve en el
nuevo ideal
lo que es
justo y natural;
y no hay
nada que a tal hombre
le preocupe,
y aun le asombre,
como el paro
general.
Debe el anarquista, pues,
Debe el anarquista, pues,
cooperar a
tal empresa
con constancia
y con firmeza,
gran valor e
intrepidez;
que siempre
la timidez
se encontró
en el ruin lacayo;
y si ha de
venir el rayo
que
purifique la tierra,
hace falta
que la guerra
se declare
para mayo.
Muéstrese al rico altanero
Muéstrese al rico altanero
de una
manera elocuente,
enérgica y
contundente,
que hay algo
más que el dinero;
que sin él,
puede el obrero hacer
de su capa
un sayo;
y aunque
mire de soslayo
al que le
infiere el ultraje,
como lo haga
con coraje,
de fijo le
da un desmayo.
Ya el término se divisa
Ya el término se divisa
de la infame
explotación,
y se oye la
maldición
del que se
ve sin camisa;
contenga el
burgués la risa,
que la cosa
es muy formal;
nuestra
fuerza es colosal
y matar
puede a querer,
y envuelto
en el lodo ver
en el acto,
al capital.
El
pobre y el rico
Un pasajero que de orgullo henchido
navegaba en primera,
con desprecio miraba al desvalido
viajero de tercera.
"Al que hable de igualdad -decía el primero-
considero insensato.
¿Cómo ha de ser cual yo, quien sin dinero
se encuentra y sin zapatos?"
Y entre tanto en el pecho del segundo
el odio se despierta,
al ver que en contra suya todo el mundo
parece se concierta.
Mas pronto la comedia cruel y fría
tornárase en tragedia
al no surgir brillante un nuevo día
del mismo mal que asedia.
Un choque atroz, terrible y formidable
la catástrofe anuncia
y de la muerte el fallo inapelable
en alta voz denuncia.
Entonces de las clases los extremos
sin mirar diferencia,
con ardor se dirigen a los remos
y se unen sin violencia.
El peligro común de los mortales
la vanidad ahuyenta
y hace se reconozcan como iguales
entrando en la ancha senda.
La vida del error no es más que un día,
aunque parezca larga;
la verdad solamente da alegría
y nunca es una carga.
Imágenes tomadas de la circulación libre en la red
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