sábado, 14 de septiembre de 2013

Poemas de José Nakens y Fermín Salvochea

José Nakens

(Sevilla, 1841 – Madrid, 1926). Periodista, dramaturgo y activista republicano. Editó el semanario crítico y satírico, El Motín, en el que atacaba a los conservadores y al clero. Esta labor le valió números procesos por delitos de imprenta. Estuvo dos años en la cárcel, acusado de haber protegido a Mateo Morral, quien había hecho el atentado contra Alfonso XIII y Victoria Eugenia en 1906.

A un obispo

¿Quieres que digno de Jesús te crea?
Pues renuncia al palacio donde vives;
vende las joyas que orgulloso exhibes;
despide tus lacayos con librea.

Ve a pie; da pan; consuela. Que yo vea,
no que de ser frenético te inhibes,
sino que gratis das lo que recibes,
y que el ansia de amor te aguijonea,

y que atacas al déspota y al fuerte
sin temor al martirio ni a la muerte,
y entonces te diré: “Por ser humano,

eres digno de Aquel que al pueblo amaba
y el cielo al poderoso escatimaba.
Beso tu anillo… ¡No!... Beso tu mano.”


Los conservadores

Gomosos por beatas mantenidos;
jesuitas por necios admirados;
necios por jesuitas engendrados
y en entrañas de viejas concebidos.

Caballeros de alcoba bien corridos;
esposos complacientes bien lidiados;
protectores de todos los malvados;
desertores de todos los partidos.

Esos que van del templo a la ruleta,
azuzando al esbirro infanticida
contra todo lo noble, grande y bueno,

trajeron la ganzúa en la chaqueta,
vagan sin honra con la frente erguida,
y son conservadores… de lo ajeno.



                                                                                 Fermín Salvochea


(Cádiz, 1842 – 1907). Fue uno de los primeros difusores del anarquismo en su región natal durante el siglo XIX.  Como Federalista, en 1871 se afilió a la I Internacional Obrera. Participó en la revolución de 1868 y encabezó la revuelta federal en 1869. Tras impulsar el cantón gaditano en el verano de 1873, pasó un largo periodo en prisión, de la que saldría pregonando el anarquismo, hasta llegar a convertirse en uno de los mitos históricos de esta corriente política.

Al primero de mayo

Como el paro general
se declare para mayo,
de fijo le da un desmayo
en el acto, al capital.
Proponen los socialistas,
y a la verdad con razón,
que del obrero la unión
se enseñe al capitalista;
quien, algo falto de vista,
no ve en el nuevo ideal
lo que es justo y natural;
y no hay nada que a tal hombre
le preocupe, y aun le asombre,
como el paro general.
Debe el anarquista, pues,
cooperar a tal empresa
con constancia y con firmeza,
gran valor e intrepidez;
que siempre la timidez
se encontró en el ruin lacayo;
y si ha de venir el rayo
que purifique la tierra,
hace falta que la guerra
se declare para mayo.
Muéstrese al rico altanero
de una manera elocuente,
enérgica y contundente,
que hay algo más que el dinero;
que sin él, puede el obrero hacer
de su capa un sayo;
y aunque mire de soslayo
al que le infiere el ultraje,
como lo haga con coraje,
de fijo le da un desmayo.
Ya el término se divisa
de la infame explotación,
y se oye la maldición
del que se ve sin camisa;
contenga el burgués la risa,
que la cosa es muy formal;
nuestra fuerza es colosal
y matar puede a querer,
y envuelto en el lodo ver
en el acto, al capital.


El pobre y el rico

Un pasajero que de orgullo henchido
navegaba en primera,
con desprecio miraba al desvalido
viajero de tercera.
"Al que hable de igualdad -decía el primero-
considero insensato. 
¿Cómo ha de ser cual yo, quien sin dinero
se encuentra y sin zapatos?"
Y entre tanto en el pecho del segundo
el odio se despierta,
al ver que en contra suya todo el mundo
parece se concierta.
Mas pronto la comedia cruel y fría
tornárase en tragedia
al no surgir brillante un nuevo día
del mismo mal que asedia.
Un choque atroz, terrible y formidable
la catástrofe anuncia
y de la muerte el fallo inapelable
en alta voz denuncia.
Entonces de las clases los extremos
sin mirar diferencia,
con ardor se dirigen a los remos
y se unen sin violencia.
El peligro común de los mortales
la vanidad ahuyenta
y hace se reconozcan como iguales
entrando en la ancha senda.
La vida del error no es más que un día,
aunque parezca larga;
la verdad solamente da alegría
y nunca es una carga.


Imágenes tomadas de la circulación libre en la red

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