Joe Hill
(Suecia,
1879 – Estados Unidos, 1915). Cantautor y caricaturista, activista
anarco-sindical de Trabajadores Industriales del Mundo (IWW). Sus canciones
están marcadas por un tono popular que llama a las reivindicaciones de los
trabajadores, especialmente, de los inmigrantes. Tras haber sido acusado de
asesinato, en hechos que aún son confusos, fue ejecutado en 1915. Antes del
fusilamiento exclamó ante sus camaradas: "¡No
lloren por mí, organícense!"
Mi
última voluntad
Mi voluntad
es fácil de decidir,
porque no
tengo nada que legar.
Mi piel no
necesita ser llorada...
"el
musgo no se adhiere a las piedras rodantes"
¿Mi cuerpo?:
Si pudiera escoger
lo reduciría
a cenizas
y dejaría
que las brisas arrastrasen
mi polvo a
donde crecen las flores.
Quizá alguna
brotaría de nuevo,
volvería a
la vida y florecería.
Ese es mi
último y final deseo,
buena suerte
a todo el mundo
Pedro
Luis de Gálvez
(Málaga, 1882 –
Madrid, 1940). Poeta, narrador, ensayista, periodista y agitador político.
Desde su infancia mostró un rechazo a las instituciones escolares, siendo
expulsado de varias de ellas. A partir de este momento comenzó una vida de
aventurero y bohemio que lo llevaría a la cárcel y a despertar su vocación
literaria. Tras haber sido víctima de una anónima delación, fue fusilado en la cárcel de Porlier el día 20 de abril
de 1940, cuando ya se había instalado el fascismo.
Al
pueblo
Nunca
tienes razón cuando te quejas
porque
eres tú, con tu cobarde mano,
quien
sustenta el orgullo del tirano,
y
construyes las horcas y las rejas;
la
red en que te prende le aparejas,
nace
el verdugo de tu mismo grano;
que
te mate los hijos y el hermano
y
prostituya a tu mujer le dejas.
¡Alza
tu dignidad de tanto lodo!
Muerde
el pie que te ponen en la boca,
que,
queriéndolo tu, lo puedes todo.
Y
vigílate a ti, porque algún día
no
te parezca la fortuna poca
y
engendres una nueva tiranía.
Víctor Domingo Silva
Nació el 12 de mayo de 1882 en Tongoy, Chile. Junto a otros
escritores fundó el Ateneo de la Juventud de Valparaíso y la Universidad
Popular. Se desempeñó como periodista de El Mercurio de Valparaíso,
en donde escribía con el seudónimo de Cristóbal de Zárate. Reconocido por sus
inquietudes como luchador político y por su enorme popularidad entre los
trabajadores de la pampa salitrera, en el año 1915 fue elegido diputado por la
primera región. Recibió el Premio Nacional de Literatura en el año
1954 y el Premio Nacional de Teatro en 1959. Murió en Santiago, el 20 de agosto
de 1960. Durante un periodo de su vida tuvo vinculación con el anarquismo, de
cuya época es el presente poema publicado en el periódico, Agitación,
el 12 de agosto 1905.
¿A
dónde vas?
I
-¿A dónde vas? Le pregunté al hombre,
deteniendo el intrépido corcel:
- Voy a la guerra a conquistar renombre
-me respondió -
mi afán es el laurel.
Voy en pos de los campos de batalla,
Donde dobla el valiente la cerviz,
o coge la medalla
que cubrirá la honrosa cicatriz!
- ¡Parte! Le respondí.-
Vierte sin tasa los torrentes de sangre…
Ese es el fin
del nefando delirio que te abrasa:
¡preparar de los cuervos el festín!
¡Parte! El plumón de tu penacho ondea
bajo el soplo infernal.
¡Ve, y labra en el horror de la pelea
el mármol de tu regio pedestal!…
II
- ¿A dónde vas?
Le pregunté. Y el viejo
me respondió, mostrándome una cruz:
- Voy a verter la luz de mi consejo
en muchas almas sin amor ni luz.
Voy a caer de hinojo
sobre las santas gradas del altar.
Voy a elevar los ojos.
¡el corazón al cielo…Voy a orar.
- Ve a orar, ¡oh sacerdote!
Reliquia de una edad que ya se fue
Cuando tu labio la plegaria brote
henchida por el soplo de la fe,
flotará esa oración por las ojivas
del templo secular
¡ahí! Y las almas, ante Dios altivas,
ya no sabrán temblar.
III
- ¿A dónde vas? Le pregunté. Y el pobre
me respondió: - Señor,
mira mi barca tan tranquila sobre
la mar…soy pescador
Voy a tender al bullidor enjambre
de incautos peces la engañosa red,
y tendré el pan que calmará mi ser…
- Ve, ¡pobre pescador! Y no recuerdes
los misterios del mar,
del fiero mar que entre sus olas verdes
todo lo quiere, todo, sepultar…
Que el cáñamo se abrume
con la carga del pez
que esparcirá mañana su perfume
en la mesa suntuosa del burgués…
Ve, pescador, si el barco se destroza
Ya pondrá la virtud
Un crepón en la frente de tu esposa
O un clavo en el tablón de tu ataúd…
I
-¿A dónde vas? Le pregunté al hombre,
deteniendo el intrépido corcel:
- Voy a la guerra a conquistar renombre
-me respondió -
mi afán es el laurel.
Voy en pos de los campos de batalla,
Donde dobla el valiente la cerviz,
o coge la medalla
que cubrirá la honrosa cicatriz!
- ¡Parte! Le respondí.-
Vierte sin tasa los torrentes de sangre…
Ese es el fin
del nefando delirio que te abrasa:
¡preparar de los cuervos el festín!
¡Parte! El plumón de tu penacho ondea
bajo el soplo infernal.
¡Ve, y labra en el horror de la pelea
el mármol de tu regio pedestal!…
II
- ¿A dónde vas?
Le pregunté. Y el viejo
me respondió, mostrándome una cruz:
- Voy a verter la luz de mi consejo
en muchas almas sin amor ni luz.
Voy a caer de hinojo
sobre las santas gradas del altar.
Voy a elevar los ojos.
¡el corazón al cielo…Voy a orar.
- Ve a orar, ¡oh sacerdote!
Reliquia de una edad que ya se fue
Cuando tu labio la plegaria brote
henchida por el soplo de la fe,
flotará esa oración por las ojivas
del templo secular
¡ahí! Y las almas, ante Dios altivas,
ya no sabrán temblar.
III
- ¿A dónde vas? Le pregunté. Y el pobre
me respondió: - Señor,
mira mi barca tan tranquila sobre
la mar…soy pescador
Voy a tender al bullidor enjambre
de incautos peces la engañosa red,
y tendré el pan que calmará mi ser…
- Ve, ¡pobre pescador! Y no recuerdes
los misterios del mar,
del fiero mar que entre sus olas verdes
todo lo quiere, todo, sepultar…
Que el cáñamo se abrume
con la carga del pez
que esparcirá mañana su perfume
en la mesa suntuosa del burgués…
Ve, pescador, si el barco se destroza
Ya pondrá la virtud
Un crepón en la frente de tu esposa
O un clavo en el tablón de tu ataúd…
Evaristo Carriego
(Entre Ríos, Argentina, 1883 – Buenos
Aires, 1912). Como poeta frecuentó diversos
medios literarios y cafés donde se discutía sobre el modernismo, las nuevas
ideas políticas y se configuraba la estética tanguera (en muchos casos
alimentada por el anarquismo). Fue cercano a la redacción del periódico
anarquista, La protesta. Estuvo muy influido por el espíritu
romántico, la provocación modernista y por las historias de arrabal. Sus libros
más recordados son: Misas herejes
(1905), El alma del suburbio (1908) y
La canción del barrio, este último,
publicado póstumamente.
El clavel
Fue al surgir de una duda insinuativa
hirió tu severa aristocracia,
como un símbolo rojo de mi audacia,
un clavel que tu mano no cultiva.
Quizás hubo una frase sugestiva,
o viera una intención tu perspicacia,
pues tu serenidad llena de gracia
fingió una rebelión despreciativa...
Y, así, en tu vanidad, por la impaciente
condena de un orgullo intransigente,
mi rojo heraldo de amatorios credos
Mereció, por su símbolo atrevido,
como un apóstol o como un bandido
la guillotina de tus nobles dedos.
Sarmiento
Una luz familiar; una sencilla
bondadosa verdad en el sendero;
un estoico fervor de misionero
que traía por biblia una cartilla.
Cuando en la hora aciaga, en el oscuro
ámbito de la sangre, su mirada
de inefable visión fue vislumbrada
y levantó su voz, a su conjuro,
en medio de las trágicas derrotas
y entre un sordo rumor de lanzas rotas,
sobre las pampas, sobre el suelo herido,
se hizo cada vez menos profundo
el salvaje ulular, el alarido
de las épicas hordas de Facundo.
A Doña Sylla da Silva
Si de estas cuerdas mías, de tonos más que rudos,
te resultan en ásperos sus rendidos saludos,
y quieres blandos ritmos de credos idealistas,
aguarda delicados poetas modernistas
que alabarán en oro tus posibles desdenes,
coronando de antorchas tus olímpicas sienes,
devotos de la blanca lis de tu aristocracia,
con que ilustro los rojos claveles de mi audacia,
o espera, seductora, decadentes orfebres
que graben tus blasones en sus creadoras fiebres:
trabajo el acero de temples soberanos:
los sonantes cristales se rompen en mis manos.
Estos poemas son tomados de la Antología de Poesía Anarquista, publicada en Colombia en 2013 por Un gato negro Editorial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario