Intensidad Deleuze
2015
"Tenemos necesidad de una ética y de una fe, lo cual hace reír a los idiotas. No es una necesidad de creer en otra cosa, sino una necesidad de creer en este mundo, del que los idiotas forman parte".
(Gilles Deleuze- La imagen tiempo)
No
siempre las efemérides describen la mejor ruta para adentrarnos en un saber,
una creación, una intensidad, pero algunas veces sí posibilitan el establecer conexiones
moleculares que potencializan la memoria y nos hacen trasegar aquellas
superficies donde la vida ha devenido más cercana, más nuestra; como un sistema
abierto que siempre nos invita a no pensar lo mismo.
Curiosamente,
en el 2015, la “rigidez” cronológica nos permite recordar el nonagésimo aniversario
del nacimiento de Gilles Deleuze y el vigésimo de su fallecimiento. Recordar puede
ser un buen pretexto. Sin embargo, cuando se trata de una obra mayor que ha
revolucionado el pensamiento, es preciso ir más allá para revisitarla y reafirmarla,
para devenir-otro sin temores y perfilar singularidades, acontecimientos. Y puesto
que Deleuze sigue acompañándonos, no resistimos al goce que nos produce el
contagio con su creación para seguir avanzando en los márgenes, en las
paradojas, en lo imperceptible. Es por eso que les presentamos la siguiente
propuesta a la que hemos denominado “Intensidad Deleuze 2015”.
Llamado-Territorialidad: enero de 2015
La
idea es hacer el llamado a quienes quieran sumarse en la construcción de esta
propuesta. Inicialmente, la invitación se hace a través de correo electrónico y
se espera recibir las respuestas por la misma vía. Una vez haya un número
importante de interesados, se convocará a una reunión para acordar la
cartografía.
Encuentros-Devenires: mayo, junio, agosto, septiembre,
octubre de 2015
Se
pretende realizar 5 encuentros itinerantes donde se interactúe a partir de algún
aspecto de la obra de Deleuze. Como sitios posibles se ha pensado en centros
culturales, tertulias, librerías, cafés y por qué no, hasta en un espacio
académico.
Evento-Acontecimiento: Noviembre de 2015
En
una fecha cercana al 4 de noviembre (cuando se cumplen 20 años de la muerte de
Deleuze) nos gustaría hacer una intervención con mayor convocatoria para
reafirmar la vida, recordando la muerte.
Líneas de fuga: a lo largo del año
Imaginamos
diversas acciones (intervenciones plásticas, ciclos de cine, conciertos, publicaciones,
conferencia magistral) a lo largo del año y en múltiples espacios, por medio de
las cuales pongamos en circulación el devenir-deleuze.
Contacto: Omar
Ardila
Alimentamos este proyecto con la transcripción de un texto de René Schérer y con las fotos de un bosque en el Macizo Colombiano
"Gilles Deleuze murió: de
una muerte bella y cruel, como la muerte estoica, aceptada y anticipada. Esa muerte
nos conduce, más que a cualquier otra cosa, a reflexionar sobre el sentido de
su obra consagrada a la exaltación de la vida. De la vida bajo todas sus
formas: humana, animal, vegetal, cósmica; humana y no-humana, sobrehumana, en
el sentido nietzscheano. Es la gran especificidad, la “singularidad” – palabra a
la que era afecto – de ese pensamiento. No depende de ninguna instancia
superior, de ninguna trascendencia, no remite a ningún principio creador o
fundador, sino solamente a la vida, la vida terrenal en su plenitud, su
inmanencia: “La inmanencia, una vida” es el título de su último artículo.
La tarea de cada uno –
pues esta filosofía es una Ética – consiste en llevar esa vida, con y por el
prójimo, a la mayor intensidad, a la potencia más elevada. Lo cual no quiere decir poder sobre los otros,
todo lo contrario. Fuerza a resistir a todos los poderes instalados, a reírse
de la opinión, a construir nuevas e insólitas alianzas entre sexos y reinos. Así
es que esta filosofía es fundamentalmente revolucionaria; para ella, filosofía
y revolución son una misma cosa.
Revolución verdaderamente
“permanente”, pero no solo en la política: sobre todo en las ideas, en las
costumbres. Raro filósofo contemporáneo – con Sartre y Foucault – que ha osado
meterse con los tabúes de las costumbres, con tabúes sexuales actuales. Al margen
del conformismo circundante, de los temores pudibundos y puritanos, de las
nocas cerradas, una filosofía incansablemente e inventivamente revolucionaria. Acoplada
a todas las emergencias liberadoras, y sobre todo minoritarias, de su tiempo. Minoritarias
porque la mayoría, la masa, está siempre del lado del poder, del conformismo o
del adormecimiento de la verdadera potencia de vida.
Deleuze deja su marca
sobre nuestra época, como lo hicieron en
su tiempo, del lado de la libertad del espíritu, Spinoza y Bergson. Aún más que
ellos, puesto que ha expresado explícitamente su apoyo a esos movimientos
minoritarios y revolucionarios gracias a los cuales la historia viva escapa a
la repetición, entra en el devenir. Todo lo que es movimiento y devenir en el
cuerpo social siempre ha encontrado en Deleuze su eco y su voz. “El siglo será
deleuziano”, decía Foucault. Todavía no hemos acabado de explorar el alcance de
estas palabras."
Texto de René Scherer
(Publicado en "Miradas sobre Deleuze" (Cactus Editorial, 2012) Págs. 73 y 74.)
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