domingo, 29 de enero de 2023

Apuntes para una aproximación a Nietzsche

 


-La filosofía se ha convertido en el inventario de todas las razones que se da el hombre para obedecer. De ahí que, según la metáfora Nietzscheana,  llegue a justificar los valores superiores, los de la pesada carga que lleva el camello (el espíritu de pesadez). Esto es lo más opuesto a la idea que barrunta Nietzsche, la del filósofo creador, la del filósofo que conoce la contingencia y sabe que crear es inventar nuevas posibilidades de vida, es aligerar las cargas, hacer leve la vida y permitirse crearle nuevos sentidos a las cosas.

-En la lectura que hace Deleuze del filósofo alemán dice que: Nietzsche integra dos formas de expresión para la filosofía: aforismo y poema. Ya de entrada, esta estructura propone una nueva manera de concebir el pensador y el pensamiento.

-Nietzsche identifica que hay un “triunfo de la reacción” sobre la vida activa, y de la negación sobre el pensamiento afirmativo”. Propone una crítica de los valores establecidos (los superiores a la vida) y del principio de donde ellos dependen (quienes los sustentan). A partir de esto se puede pensar en crear nuevos valores: martillo y transmutación.

-Así habló Zaratustra: un libro para todos y para nadie, es el anverso del Nuevo Testamento. Es la parodia del texto cristiano, pero no es su negación, es más bien su reverso. En 80 discursos y apelando a una mirada metafórica Nietzsche nos anuncia la apuesta por una “nueva” filosofía.

-Zaratustra como personaje, es un alter ego de Nietzsche. Aparece como un profeta que anuncia la muerte de Dios y el fin del último hombre, con lo que se prevé la venida del superhombre (ultrahombre). Con la muerte de Dios también fenece la idea del ser humano, pues éste no es ni punto de llegada ni tampoco de partida. No somos ni origen ni final, somos tránsito.

-El fin del humano implica el retorno a cierta animalidad, lo que no representa un retroceso, por el contrario, es una superación en tanto que es una manera de disolver lo que somos. El ser humano es un error, según Nietzsche. El superhombre es lo que empieza cuando la idea de humano que hemos (y nos han) construido, desaparece. Sin embargo, no es superación en el sentido de evolutivo, no es mejor. Lo que implica es la relación con la contingencia. Nietzsche es un pensador de la contingencia.

-La contingencia es la posibilidad de mostrar que todo puede ser de otro modo. Es un tránsito que no sabemos hacia dónde lleve. Así concibe Nietzsche la filosofía, como la posibilidad de ser de otro modo. Pensar supone tomar partido y al hacerlo, se escinde la realidad, se dejan cosas por fuera, se descarga el peso y se abre a lo intempestivo.

-Entre otros, hay 4 temas a lo largo de la obra de Nietzsche que quiero repasar: la muerte de Dios, la voluntad de poder, el superhombre y el eterno retorno.

 


-LA MUERTE DE DIOS hace referencia a la crisis de los absolutos. Dios es la convicción de los absolutos. Con la muerte de Dios también se le da muerte a la verdad. La verdad es como un ejército móvil de metáforas, las cuales son funcionales a una época, pero luego pierden su valor.

-La filosofía es una práctica intempestiva, eso quiere decir que nunca está acorde con su tiempo, es crítica y provocadora de su tiempo.

-El hombre es un puente y no una meta, es un entre. Y el arte es el lugar de la fisura (primer Nietzsche). Más adelante se pelearía y diría que el arte tampoco es el camino.

-Para Nietzsche no basta con matar a Dios para trasmutar los valores. La filosofía por venir, la que él anhela, no es ni histórica ni eterna, es intempestiva, deviene siempre otra cosa.

 

-El SUPERHOMBRE surge tras el reconocimiento de los errores del humano, del origen de la decadencia que trajeron las enseñanzas de Sócrates y Jesucristo. Entre esos errores podemos recordar la idea ilusoria de un más allá perfecto, el cual es el culmen de nuestra existencia. Que la pregunta sea por el más allá, funda la metafísica. Nietzsche huye de la metafísica y sus principales propiciadores. Para Nietzsche, la metafísica muere con la muerte de Dios, con la experiencia de un devenir más allá del bien y del mal.

-Según Nietzsche, no basta con matar lo que uno mismo creó: Dios. Antes de Sócrates había deidades, ni dioses buenos ni malos (no había ese pensamiento binario). Antes de Sócrates, Apolo (razón) y Dionisio (pasión) funcionaban sin oposiciones, sin confrontaciones. Pero la idea de un Dios único hizo que el triunfo tendiera hacia Apolo, esto lo podemos ver en la ley, las instituciones, el control.

-Sea el momento de recordar las tres transformaciones. El camello representa la carga, el peso del deber, y está asociado con la muerte de Dios. El León implica el haber tomado el poder y el afianzamiento de un antropocentrismo, del triunfo del hombre. La niñez es algo que se asocia con el futuro. Ser niño es establecer la relación con el juego. Jugar es emancipar las cosas de sentidos únicos, establecer múltiples relaciones. 

-El superhombre se reconcilia con la debilidad. Reconciliación con aquello de lo que hemos querido huir. La reconciliación es con la vida que hemos negado, que la hemos vuelto otra cosa.

-Uno de los llamados de Nietzsche es a entendernos como un campo de batalla.

 


-Para comenzar a pensar en la VOLUNTAD DE PODER es importante observar que en cualquier fenómeno distinguimos fuerzas que actúan y otras que reaccionan. Las primeras son activas, primarias, de conquista y subyugación. Las segundas son reactivas, secundarias, de adaptación y regulación. Ahora bien, la relación de la fuerza con la fuerza es la voluntad.

-De entrada no se puede entender que la voluntad quiera poder o desee dominar. Es erróneo concebirla como “deseo de dominación”, pues según la idea de Nietzsche la voluntad de poder es una potencia de actuar, una potencia del pensamiento, una fuerza activa, vital, en movimiento, es decir, todo lo contrario de un poder anquilosado y del deseo de querer dominar. La voluntad de poder, entonces, consiste en crear, en dar.

-No hay que olvidar que una fuerza manda por voluntad de poder y una fuerza obedece por voluntad de poder. Las fuerzas activas afirman. Las fuerzas reactivas niegan, se oponen. Para Nietzsche la historia nos evidencia que las fuerzas reactivas son las que han triunfado. Ha triunfado el no sobre el sí. La negación sobre la vida es lo que constituye el nihilismo. Las fuerzas reactivas las encarnan los esclavos, éstos han triunfado por la sustracción de la fuerza de los otros y gracias a la potencia de su contagio. Sin embargo, al estar como triunfantes en el poder, sus fuerzas no dejan de ser reactivas, negadoras. Los amos son esclavos que triunfan (esta es la lógica y lo que significó el nazismo). De esta manera, la voluntad de poder sí se hace nociva, pues es la voluntad de poder de los amos-esclavos.

-Hay trasmutación de valores cuando se sucede un devenir activo de las fuerzas, “un triunfo de la afirmación dentro de la voluntad de poder”.

 

-El ETERNO RETORNO tiene una de sus primeros anuncios en La gaya ciencia y luego es anunciado en la voz de Zaratustra que nos conduce a la metamorfosis, a la trasmutación. El eterno retorno nos permite una interpretación ética, la posibilidad de rehacer; y también una interpretación exegética, la posibilidad de repetir lo mismo. Con el eterno retorno también tenemos la posibilidad de desarmar la linealidad del tiempo.

-El retorno como una experiencia vertiginosa, del límite, del entre. Se requiere del olvido para situarse en el instante (una experiencia por fuera de la historia). El mundo como algo que se encuentra a cada instante de su historia acabado y terminado. El tiempo del Eterno Retorno es el instante

-El eterno retorno como el reino de la no identidad, sino de la pluralidad de formas. También como simulacro y parodia, de tal manera que está más allá o más acá del principio de realidad y de identidad.

-Concebir el eterno retorno como círculo vicioso, conlleva una nueva versión de la fatalidad y una afirmación vehemente del caos. En cambio, a la luz del Nietzsche convaleciente, regresar es el ser del devenir, lo uno de lo múltiple, ya no como fuerzas opuestas. “Lo que regresa no es lo Mismo, puesto que regresar es la forma original de lo Mismo, que se dice de lo diverso, de lo múltiple, del devenir. Lo Mismo no regresa, solo es lo Mismo el regresar de lo que deviene.” (Deleuze, 34). Entonces, no es retorno de lo mismo, ni retorno a lo mismo.

-Nietzsche quiere “liberarse de la progresión rectilínea de la humanidad – la marcha “dialéctica” irreversible del materialismo histórico – para intentar vivir según una representación del círculo en la que no sólo está todo perdonado, sino donde además todas las cosas son restituidas.” (Luis Ferrero Carracedo).

-El eterno retorno implica ser selectivo. Es la repetición que selecciona y libera.

 

Imágenes tomadas de la circulación libre en la red.

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